Desde hace 6 meses se encuentra disponible en Hungría y en edición húngara, con auspicio de Janos Moricz Kulturális Egyesület, mi primer y segundo libro, editados como un solo volumen. Resulta claro que no se puede ser profeta en la propia tierra; y resulta un aliciente que mi trabajo investigativo tenga ecos en una país tan lejano, del que sin embargo, me siento tan cercano. Un país que me ha dado el invalorable regalo de la amistad y que ha recibido mis libros como al más dilecto de sus hijos.
Pero, y pese a que me había resignado a no editar el segundo volumen de esta serie en español, los hilos del destino nos mueven hacia hacerlo. Así que sin más preámbulos, un pequeño adelanto de mi segundo trabajo, donde incluyo el prólogo realizado por mi amigo el Arq. Pedro Carretero, la introducción y el índice.
Se encuentra disponible una edición de colección (full color); limitada y numerada (100 ejemplares) y con dedicatoria.
Para los amigos en Ecuador que deseen el libro, ponerse en contacto vía whatsapp al +593986017887. El proceso es sencillo:
-Realizar un depósito o transferencia por $30 ($25 del valor del libro y $5 de envío. En Guayaquil solo es el valor del libro) a la Cta. Aho. Bco Guayaqul 5939181 (c.i. 0919713495) a nombre de Manuel Palacios. Luego enviar el comprobante de depósito y/o transferencia al mail <manuel7palacios@gmail.com>. Una vez comprobado, se procederá al envío.
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Henos nuevamente aquí, adentrándonos en uno de los temas tratados en el primer volumen de esta serie, al que defino como un océano enorme pero de pocos metros de profundidad.
Ese primer libro fue escrito para incentivar vuestra búsqueda. Por tal motivo, quise ser lo más didáctico posible, usando como herramienta literaria la crónica. De esta manera podía enlazar mi pasión por la investigación de campo a través de viajes, exploraciones y expediciones; ello con las diferentes hipótesis y teorías que he desarrollado en casi dos décadas de investigación.
Cuando se investiga sobre la Colección Crespi, salvo excepciones, siempre hay dos posturas irreconciliables:
A – Una que niega sin analizar la evidencia. Está dispuesta a todo con tal de ridiculizar, y hacer que sea olvidada la hipótesis que combate
B – La otra, que definiremos como “neochocarrerismo”, acepta entusiastamente cualquier postulado, por descabellado que sea.
Así que, mientras unos sostienen que todos los objetos de la colección son “chatarra”, o falsificaciones realizadas a partir de enciclopedias, los otros defienden el origen extraterrestre de dichos objetos. Lo último resulta una fácil y vistosa respuesta que limita la real magnitud de las civilizaciones ancestrales, mundiales en general y americanas en particular, capaces de generar y desarrollar conocimiento y tecnología. Por esta razón, el eje central de mi trabajo son las civilizaciones cíclicas y la posibilidad, fundamentada en lengua, iconografía y cosmovisión, de contactos culturales precolombinos entre pueblos americanos y euroasiáticos.
Cuando hablo de contactos, me refiero a intercambios, no a “conquistas”, término de moda para defender nuevas tesis de neocolonialismo, en las cuales Amerika no fue descubierta por Colón. Pero en esas tesis siempre fuimos conquistados por alguien, sean chinos, vikingos, etcétera. Otros, en cambio, desean sustentar que de Amerika salieron todas las civilizaciones, y tratan, en muchas ocasiones de manera ingenua, de justificar sus argumentos, y si alguien da una crítica constructiva u observación objetiva, lo acusan de eurocentrista. Pero en la investigación seria no hay espacio para el fanatismo.
Cumplo con presentar este nuevo volumen de Amerika Prohibida, enfocado en la Colección Crespi, esperando que genere una serie de gestiones, y lograr así un panorama claro de lo fue este museo, además de lo que todavía se conserva.
Quisiera que esta reflexión sirva para entender lo que debe ser en el futuro. Deseo enarbolar también la necesidad prioritaria de recuperar colecciones como las del doctor Carrillo Bucheli, la del ingeniero Guillermo Sotomayor, la de Ernesto Franco, etcétera, y quizás entonces podremos entender un poco más a esta Amerika Prohibida.
Manuel Palacios Villavicencio
El afecto que me une a mi amigo Manuel Palacios y su petición es lo que me llevó a realizar la presentación del segundo volumen de sus investigaciones sobre los contactos primigenios de América con el resto del mundo.
En numerosas ocasiones hemos conversado sobre este tema tan misterioso, demostrándome que hay elementos en culturas europeas antiguas que solo podían proceder de América mediante algún tipo de contacto cultural. Como arqueólogo y científico tengo que reconocer dichos datos, pero la inexistencia de excavaciones arqueológicas en las que se hayan documentado restos americanos en Europa o europeos en América, bien documentados y con imágenes, nos hacen ser reacios a defender del todo esta postura.
En la presente obra, la segunda de la colección y más centrada en la misteriosa colección del padre Crespi, Manuel nos ofrece otro buen puñado de datos, cuando menos sospechosos y misteriosos. Y es precisamente ese misterio que rodean los materiales que guardaba el conocido salesiano, lo que hace que sigamos hablando de ello y que existan varias posturas enfrentadas al respecto, como los defensores de su autenticidad o los que defienden que son falsos.
No vamos a entrar en esa problemática, ya que personalmente creemos que muchos de los elementos que guardaba el padre Crespi en María Auxiliadora podían ser originales. El mayor problema llega cuando gran parte de ellos no se pueden adscribir a un sitio arqueológico claro y menos aún a una intervención arqueológica seria. Aquí radica la importancia de realizar intervenciones arqueológicas científicas, usando metodología adecuada, ya que al ser una técnica destructiva necesita de esa cientificidad para no dar lugar a errores posteriores en el estudio y adscripción de los materiales.
Tras la lectura del primer volumen de América Prohibida nos quedamos todos con ganas de más datos y más referencias. Este segundo, nos deja con aún más ganas de conocer más sobre las vicisitudes de la colección Crespi, así como saber dónde están muchos de los objetos que desaparecieron y que en el libro se intuye su paradero en manos priva das, que llevan años acaparando en Cuenca restos arqueológicos fruto del comercio furtivo e ilegal de bienes que deberían estar disfrutando todos los ecuatorianos en sus museos.
Si existe, en Ecuador, un tema intrigante en cuanto a Historia y Arqueología, esa es la colección del padre Crespi, hoy casi desaparecida. Al menos, las investigaciones de Manuel nos permitirán conocer los diferentes elementos que la conformaba e iniciar el camino de la deducción, en primer lugar, de su autenticidad. Ésta sólo se podrá certificar científicamente haciendo la analítica correspondiente a los diferentes elementos que la conformaban, en algunos posible porque sabemos que están en fondos de museos y colecciones privadas (sobre todo en Cuenca), en otros casos imposible ya que desaparecieron para siempre aumentando el halo de misterio que lo rodea.
Agradecemos que Manuel no caiga en el esoterismo de otros autores, aunque no dejemos de ver un halo de misterio en la colección Crespi. Lo fácil sería darle una explicación paranormal a estos objetos, algo a lo que ayudaron las circunstancias y la propia personalidad del padre Crespi.
El libro, no pretende otra cosa que mostrar una serie de datos y elementos, muchos de difícil explicación fuera de un estrato arqueológico. Será el lector el que deberá atar cabos e intentar sacar conclusiones sobre toda la problemática presentada por Manuel Palacios. Sí nos queda claro que todos, tras la lectura de este segundo volumen, esperaremos un tercero y un cuarto, dado lo complejo del tema que trata y la dispersión de las piezas en estudio.
Riobamba, 30 de noviembre de 2015
Pedro A Carretero Ph.D.
Arqueólogo
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Indice
Prólogo ………………………………………………………………….9
Introducción ………………………………………………………….11
Agradecimientos …………………………………………………….13
¿Quién era el Padre Crespi?………………………………………..15
¿Cuál es la motivación del padre Crespi
para venir a Ecuador? ……………………………………………….19
¿Cuáles eran las fuentes de donde obtenía
los objetos para su museo? ………………………………………..23
¿Los objetos del poeta remigio crespo toral,
de dónde provenían?………………………………………………..31
¿Existen registros de los lugares donde
realizó sus excavaciones?………………………………………….34
Un recinto subterráneo en la carretera a paute……………….37
¿Y sobre los objetos entregados por los
exalumnos shuar?………………………………………………….40
¿Existe una opinión especializada sobre la
pinacoteca? ………………………………………………………….42
¿Por qué fue vendido al Museo
del Banco Central? ………………………………………………..47
¿Cómo podríamos clasificar la Colección Crespi? …………..51
¿Cuán antiguos considera Ud. que
son los artefactos? ………………………………………………..52
¿Aún existen los lugares donde se
encontró los objetos?……………………………………………..53
¿Por qué no se han descubierto
otros emplazamientos similares? ……………………………..54
¿Hicieron los nativos estas piezas para
complacer al Padre? ………………………………………………56
¿Existen colecciones similares en
otras partes del mundo? …………………………………………59
¿Cuáles son piezas auténticas y sobre cuáles
hay dudas? ………………………………………………………….64
Pieza Crespi que tiene similitud con
el escudo ecuatoriano ……………………………………………74
Teoría de que Hitler era el padre Crespi ……………………..76
¿Por qué ocurrió el incendio
del museo? ¿Qué se perdió? …………………………………….78
Como investigador de Amerika Prohibida,
¿Cuáles serían sus hipótesis? ………………………………….87
ANEXOS:
1.- Catálogo Fotográfico, Manuel Molina …………………..101
2.- Lista de objetos perdidos de la colección,
Manuel Palacios…………………………………………………..114
3.- Colección fotográfica de Erich Von Däniken …………..117
4.- Fotografías de Wendelle Stevens, Steve Shaffer………123
A manera de Epílogo……………………………………………..127
Bibliografía…………………………………………………………129